I + D
Entorno, historia, antropología y naturaleza
05/03/2014
Aunque en Mugaritz buscamos inconscientemente emociones en la novedad, en ocasiones los tesoros del pasado consiguen sorprendernos.
Pocas veces se recurre a la piedra en el diseño de vajillas. Su dureza dificulta cualquier intento por cambiar su forma a capricho, la porosidad que algunas variedades presentan dificulta muchos diseños y la necesidad de dar a cada pieza una atención especial hace que las grandes producciones resulten inviables.
Afortunadamente existen individuos como Joseba Lekuona, capaces de cruzar la línea entre locura y genialidad haciendo posible lo imposible. Su modelo es un híbrido entre artesanía e innovación que eleva un oficio manual, artesanal, a lo más alto de los procesos creativos.
La serie Flysch beltza luce guijarros de piedra caliza negra y veteada. Son tesoros pulidos por los embistes del mar en la localidad costera de Mutriku. La serie Valdorba utiliza la piedra arenisca que invade todo el valle navarro del mismo nombre. Observando el entorno, Joseba escoge piedras de grano ultrafino con tonos ocres y matices pardos. El resultado es una textura suave y cálida que pide ser acariciada.